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Foto del escritorJuan Antonio Bernardo

La belleza de los artistas, de los filósofos y de los tontos.

Durante la ascensión de Atenas se observo una gran expansión en todos los ámbitos básicos de los que una sociedad se llega a preocupar; ya sean estos sociales, económicos, políticos y culturales, este crecimiento desde el inicio de una sociedad crea una percepción mas clara de la belleza estética, por no estar viciada de ninguna otra cultura o sociedad externa.


Por ello en esta nueva reflexión es importante precisar cómo es que este contexto genera una tendencia hacia la clasificación de la belleza a partir de tres sujetos que hacen el esfuerzo por interpretar dicho concepto ontológico; la diversificación de quien estudia a la estética determina definiciones que son generadas a partir de elementos no considerados entre ellos, por tal motivo pongo sobre la esta mesa de dialogo a tres entusiastas de las artes, estos son: Los artistas, los filósofos y los tontos.


Comenzamos con la belleza de los artistas a través de la idea de Pericles al tener la oportunidad de reconstruir a Atenas después de su destrucción provocada por los Persas, quien en su sentir considero importante esforzarse por reconstruirla con el mayor esfuerzo estético rodeándose de artistitas, sabios y músicos; quienes pudieran inspirar pensamientos de calma y sencillez, materializando cada una de estas emociones en las estructuras arquitectónicas que llevaría a representar a la nueva Atenas, empoderada por la belleza en el orden y equilibro de sus estructuras; si nos percatamos para los artistas la percepción de lo bello se reduce a una visión subjetiva basada en la mirada y las sensaciones, siempre y cuando estas cumplan con un canon establecido del arte, de ahí que la mayoría siempre sigan una metodología de armonía en todo lo que hacen; algunos ejemplos a analizar pudieran ser el Auriga del siglo V a.C., Lucha entre Centauros y lapidas del siglo IV a.C. o el Discóbolo que data del 460 al 450 a. C., esta atención que tuvo Pericles pudiera ser la base de construcción para muchos arquitectos que quieren manifestar algo glorioso en sus proyectos a desarrollar.

Por Antonio Bernardo
El cisne que vive de las miradas


Encontramos de manera antagónica a la belleza reflexionada por los filósofos que no tienen una idea de lo bello limitado por la materia, esta tiende a la concepción de la belleza ideal, la belleza espiritual y la belleza útil, la primera como aquella que representa la naturaleza a través de una composición de las partes, la segunda como aquella que expresa el alma a través de la mirada y la tercera como aquella que tienen un fin de uso que se reduce al embellecimiento de algo; sin embargo a pesar de esta clasificación de los filósofos en el ámbito del arte, encontramos la reflexión de Platón que es hasta el momento una de las mas difundidas, quien considera que la belleza es ajena a la materia; es decir esta no esta sublimada a la materia, sino que la supera, es una existencia autónoma, por lo tanto para los filósofos la belleza no corresponde a lo que se ve, sino a la capacidad de apreciar en la materia los accidentes de la belleza, superando de esta manera a la visión sensible por la visión intelectual.


Por Antonio Bernardo
Diversos sonidos del alma.

Por ultimo encontramos a la belleza de los tontos, esta pudiéramos describirla como el sentido mas humilde de lo bello, ya que no todos son habilidosos para crear arte, así como tampoco todos son capaces de interpretarla; de tal manera que si existen estas condiciones en un solo sujeto, se le estaría quitando la oportunidad de disfrutar de la belleza manifestada en sus accidentes que encontramos en nuestro cosmos, como lo pudiera ser la pintura, la música, escultura, entre otras manifestaciones; sin embargo encontramos que muchos se sienten con la capacidad de dar su opinión de acuerdo a un criterio estético personal, sin haber intervenido en la construcción del arte y sin tener conocimientos básicos de la estética, por tal motivo podemos decir que no a todos les es dado la capacidad de captar la verdadera belleza y en compensación se ha creado una copia de la autentica belleza, representada en formas que sean capaces de medir, sin necesidad de ser profundizadas, es aquí donde encontramos la belleza de las formas geométricas, basada en la proporción y las matemáticas, que guardan con seguridad la idea de la certeza de la belleza a través de algo medible, mas no desde una dialéctica artística.

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